Cuidado y Autocuidado: Las fuerzas del alma

En este artículo acerca de las fuerzas del alma se transcribe la charla que se dio en el marco del curso de Cuidado y Autocuidado en Galapagar, Madrid en el Grupo Iris.

Cuidado y Autocuidado: Las fuerzas del alma

Continuando con el concepto de Cuidado y Autocuidado y tras haber observado el concepto de Alma en esta parte se hablará de las tres fuerzas del alma:

  • Pensar
  • Sentir
  • Voluntad o querer

Las tres fuerzas del alma

Pensar

El pensar es la manera de la que dispone el ser humano para introducir lo que le rodea en su mundo interno, en su alma.

El pensar crea al cerebro

El pensar crea al cerebro y, no al revés, ya que el desde el punto antroposófico este órgano no segrega pensamientos, sino que refleja aquellos pensamientos espirituales que le llegan..

Comienza con una percepción de lo que ocurre en el exterior, que se asocia a un concepto ya existente

El pensar está enfocado en el pasado

No somos capaces de poder pensar y de observar simultáneamente ese mismo pensamiento, solo podemos observar lo que ya pensamos y, por lo tanto, ya ha pasado. Por eso se puede decir que el pensado está enfocado al pasado.

El ideal del pensar es la Verdad

El auténtico pensar se basa en la búsqueda de la verdad, más allá de que luego se pueda mentir a la hora de comunicar lo que se estaba pensando.

Voluntad o el hacer

La voluntad se encuentra en el lado opuesto cósmico del pensar.

La palabra alemana Wille, se puede traducir por el sustantivo Voluntad, es aquello que está dentro del ser actuante justo antes de su acto, pero que acaba en él.

No se debe confundir con el «querer»

La voluntad se ancla en el cuerpo

Así como el pensar se manifiesta a través del cerebro la voluntad se encuentra anclada en el cuerpo, en concreto, en los órganos del metabolismo y en los del movimiento, como los músculos. En esta parte del cuerpo no existe consciencia.

La voluntad se relaciona con el futuro

Al anteceder la voluntad a la acción, se la relaciona con el futuro.

La virtud de la Voluntad es la bondad

La voluntad se puede entender como un impulso para la acción, para cambiar el mundo.  Convertir este impulso primario o instinto ciego en voluntad consciente es el asunto de la moralidad. Esta alcanza su máxima expresión cuando es capaz de transmutar la voluntad propia en cumplir la Gran Voluntad. Y cuando aparece esa Gran Voluntad las acciones que aparecen están relacionadas con la bondad.

La relación entre la Voluntad y la bondad ya aparece en el evangelio de Lucas cuando el ángel se presenta a los pastores con las palabrasa de «Gloria a Dios en las alturas y Paz a los hombres de Buena Voluntad»

Querer

La querencia tratará de equilibrar ambas polaridades.

El querer se sitúa en el medio

En su parte corporal se relaciona con los pulmones y con el corazón, algo que resulta un saber popular.

El querer se conjuga en presente

Se conjuga siempre en tiempo presente.

En la medida que conecta con un sentimiento, es díficil recordarlo o, igualmente resulta complejo anteceder lo que vamos a sentir en el futuro.

La Virtud del querer es la belleza

La virtud que adorna a este querer es la belleza, siendo este su ideal.

El querer se presenta en un estado de semiconsciencia, algo similar al sueño.