Introducción a los metales y su relación con los planetas

Desde hace mucho tiempo, cuando el hombre tenía capacidades clarividentes relacionó los siete planetas con sus correspondientes metales. Posteriormente los alquimistas continuaron estudiando esta relación.

Rudolf Steiner añadió a este binomio los correspondientes  órganos, procesos humanos y plantas.

Así quedaría

Saturno

Relacionado con

Plomo, Bazo, Haya

Júpiter

Relacionado con

Estaño, Hígado, Arce

Marte

Relacionado con

Hierro, Vesícula biliar y laringe y Roble

Sol

Relacionado con

Oro, Corazón, Fresno

Venus

Relacionado con

Cobre, Riñones, Abedul

Mercurio

Relacionado con

Mercurio, Pulmones, Olmo

Luna

Relacionado con

Luna, Órganos reproductores y cerebro, Cerezo

A estas relaciones, la investigación de la ciencia espiritual añadió nuevas, que rebasan las pretensiones de este texto.

Los metales en la terapéutica

Más allá de la relación con los órganos con los diferentes órganos,  los metales son  un sistema terapéutico global de la medicina antroposófica que cuenta con soluciones eficaces e individuales para sanar a las personas enfermas. Esto proviene de un del profundo conocimiento espiritual del proceso que encierra cada metal.

Pero no solo curar a los enfermos, los metales favorecen el desarrollo sano de las personas y la correcta formación de sus órganos acompañando y estimulando procesos de salud, siendo grandes aliados en la Salutogénesis.

Los metales vegetabilizados

Rudolf Steiner descubrió que existían plantas que desarrollaban el mismo proceso planetario que estaba encerrado en los metales. Así creó los metales vegetabilizados Así nos encontramos en el vademecum antroposófico con muchos medicamentos  que contienen en su denominación el nombre de una planta por ejemplo  Bryophyllum, y posteriormente el de un metal finalizado (Argento,-plata) por la  palabra latina “cultum” que indica que fue cultivado, con la adición del metal,  en el  proceso anteriormente indicado.

¿Cómo se obtienen los metales vegetabilizados?

Para formular estos metales vegetabilizados se cultiva la correspondiente planta  empleando como abono sales de los respectivos metales. Se recoge esa primera cosecha cuando la planta ha florecido, se composta, se calcina y esas cenizas se transforman en un nuevo abono para el  cultivo de otra plantación de ese vegetal al siguiente año. Dicho proceso se repite dos veces más,  hasta obtener al tercer año el metal vegetabilizado. Con este original proceso, se  consigue dotar al metal de cualidades vitales, dinamizarlo, elevar su potencia vital  y facilitar su asimilación por el organismo, con lo que se eleva su valor terapéutico.

Las ventajas terapéuticas de los metales vegetabilizados

Al administrar a una persona un metal en forma de medicamento, no estamos  aportando, simplemente, una sustancia, sino que estamos regalándole todas las  fuerzas de las que es portador este metal.

Cuando un medicamento antroposófico entra en un organismo humano debe ha de hacerse Yo con la persona que lo está tomando. En ocasiones, la persona enferma se encuentra con las fuerzas casi agotadas, por lo que es incapaz de Yoizar una sustancia tan ajena al ser humano como es el metal. En los metales vegetabilizados se conduce el proceso planetario que el metal encierra a un plano vital por lo que cuenta con efectos terapéuticos mucho más rápidos y eficaces.

Otra ventaja es que se puede dirigir el proceso planetario del metal hacia un órgano concreto. Por ejemplo, el hierro que es capaz de aportar las fuerzas de la voluntad y del actuar con intención al ser humano puede ser dirigido hacia la respiración cuando se vegetabiliza con la ortiga, Urtica Ferro culta o dirigir estas fuerzas hacia la digestión, en concreto, la vesícula biliar, cultivándolo con el Chelidonium.

En las próximas entradas se irán desarrollando los metales y las correspondientes fuerzas planetarias que encierran.