El planeta Venus en la medicina antroposófica

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El mito de Venus

Venus era el nombre que los romanos dieron a Afrodita, la diosa de la belleza y el amor. El nombre griego, Afrodita, deriva de Αφρο, “espuma”, y significa literalmente “nacida de la espuma”.

Para explicar el motivo, diremos que de la unión de Gea –la Tierra- y Urano nacieron los Titanes, dos de los cuales, Cronos y Rea, serían con el tiempo los padres de los dioses del Olimpo: Zeus, Hera, Poseidón, etc.

Pero antes de que todo esto ocurriera, Urano, que odiaba a sus hijos, quiso devolverlos al seno de Gea, a las entrañas de la Tierra. Ésta, indignada, se alió con su hijo menor, Cronos, para que le cortara los genitales a Urano y los arrojara al mar.

De esos genitales, de la espuma que surgió de ellos, nació, ya adulta, la hermosa Afrodita, que fue empujada por Céfiro, dios de los vientos, y Aura, diosa de la brisa hasta las costas de Citera, en cuya playa fue Afrodita recogida por una de las Horas, diosas de las Estaciones, y más concretamente por la de la primavera, Flora, tal y como sugiere el manto cubierto de flores.

Las fuerzas venusinas preponderan durante el tercer septenio de la vida del ser humano y marcan la entrada del cuerpo astral, o cuerpo de emociones, en el ser humano.

La característica principal de Venus es la de facilitar la transferencia del cuerpo astral al cuerpo etérico. El proceso planetario de Venus se caracteriza por ser un proceso de asimilación, es decir, un proceso por el cuál se recibe y se conserva. Se dice de manera simbólica, que es el proceso de un buen ama de casa.

El encuentro del cuerpo astral, en su forma de aire, con el cuerpo etérico, en su forma de agua, da como resultado la espuma.

De ello es representación «El Nacimiento de Venus», tan magistralmente representado por Botticelli, y que ilustra el presente artículo.  La diosa de los romanos de la belleza y del amor nace precisamente de ese encuentro entre el aire y el agua, nace de la espuma.

En el organismo humano el proceso Venus se manifiesta fundamentalmente en el complejo que forman el riñón y las glándulas suprarrenales, y se traduce fisiológicamente en los procesos anabólicos del metabolismo inconsciente.

Los procesos venusinos predominan en la mujer durante el embarazo, especialmente en el sistema venoso. Dichos procesos preparan la base para la intervención de lo espiritual anímico que se expresa en el parasimpático, al contrario que el hierro, que de manera polar se expresa en el simpático.

Esta polaridad se puede observar en los dos gestos de una conversación siendo Marte el que habla y Venus el que escucha.

Corrientes de Venus en el proceso de encarnación y excarnación

El Dr. Victor Bott establece que todo metal posee dos corrientes la de encarnación (I), es aquella que trabaja fundamentalmente sobre el cuerpo y la de excarnación (II), que desarrolla el alma. La vida de ser humano se mantiene de manera contínua entre ambas polaridades. Obviamente en las primeras fases de la vida predominan las fuerzas de encarnación, pero no se puede olvidar que el proceso de excarnación comienza en el momento de nacer. A lo largo de la vida la fuerza de encarnación va apagándose, aunque está presente hasta el día de la muerte.

Corriente I o de encarnación de Venus

Se pone de manifiesto en las glándulas suprarrenales, que son un vehículo mediante el cual actúa el cuerpo astral en el cuerpo etérico. Dicho proceso se denomina en medicina antroposófica radiación renal.
En caso de que esta radiación renal sea baja, como en la enfermedad de Addison, aparecen síntomas como la hipotensión, debilidad, adinamia y una intensificación de los procesos de asimilación, que conducirá indefectiblemente a la obesidad.
Por el contrario, un exceso de esta corriente con una radiación renal demasiado intensa, cursará con hipertensión o meteorismo.

Corriente II o de excarnación de Venus

En esta segunda corriente de Venus se aceleran las excereciones, por lo que se encuentra más asociado al riñón mismo.

Una de las patologías que se relacionan a esta faceta de excarnación de Venus es la diabetes, en la que el paciente a pesar de tener siempre hambre y sed (polifagia y polidipsia), tiene la sensación de no saciarse, y ello, aun poseyendo niveles altos de glucemia (azúcar muy alto). En el fondo, es como si el yo de esa persona no pudiese servirse de ese azúcar para alimentarse.

Características que imprime Venus en el ser humano

El carácter venusino

El aspecto físico

La persona con característica venusinas posee unas forma suaves y equilibradas. De cabeza pequeña y larga melena, las mujeres venusinas resultan muy femeninas, tanto en su aspecto, como en sus formas, teniendo, incluso, una voz dulce.

En lo anímico

Lo que caracteriza a la persona venusina es la sensibilidad y el sentimiento. Son con ello personas con capacidad para la devoción y muy amantes de la naturaleza. Manifestación de todo ello es que la persona venusina es buscador infatigable de belleza, queriendo extenderla a su alrededor. En ocasiones esa búsqueda de la belleza puede llegar a convertirse en obsesión.

Estas personas poseen un pensar imaginativo. Esa sensibilidad les puede llevar a la adoración, por lo que también son personas con una alta capacidad para el misticismo.
Además de ello, son personas empáticas, capaces de sacrificarse por la persona a la que aman. Al mismo tiempo, cuando el amor desaparece, cesan en su sacrificio.

Esa emocionalidad puede también ser lastre para dichas personas, que en ocasiones no son capaces de sobreponerse a la emoción, dejando que los sentimientos se desborden.

En lo espiritual

Lo venusino puede favorecer en el ser humano la capacidad de sacrificio y la tolerancia, actitudes espirituales que alejan al ser humano del egoísmo.

También se notan las influencias de este planeta en el ser humano, en lo que se refiere a su pensar vivo, pensamiento capaz de formar asociaciones.

Lo venusino en el cuerpo humano

Los procesos venusinos sirven para la construcción (anabolismo) e individualización de lo corporal en el hombre.

Además, el proceso venusino en lo corporal es el responsable de relajar y calentar el cuerpo.

Exceso del proceso venusino en el cuerpo

Cuando el proceso de Venus se encuentra en exceso en el organismo humano, puede aparecer una corpulencia desmedida, un trastorno del metabolismo proteico, intolerancias alimentarias, así como una tendencia hacia la alergia.

Igualmente, puede aparecer efectos similares a los que se forman en los casos de hipotiroidismo. También pueden aparecer tendencias inflamatorias en el sistema venoso.

Defecto de lo venusino en lo corporal

Por el contrario, una debilidad de estas fuerzas planetarias, puede manifestarse en una persona asténica, esto es, con problemas para la absorción de proteinas.

También puede aparecer un hipotiroidismo con sus tendencias asociadas de éstasis venosa, edemas e hipotensión.

Los riñones

El alimento llega mediante la vena porta hasta el hígado y ahí es transformado mediante el metabolismo. Posteriormente, estos nutrientes ya modificados son transportados por el torrente sanguíneo. Pero, continuamente son controlados por los riñones.

Por este órgano circulan diariamente 200 litros de sangre, de los cuales sólo dos litros son eliminados en forma de orina, es decir, aproximadamente 198 litros vuelven al torrente circulatorio.

A este proceso, la medicina lo denomina irradiación renal, y es el proceso mediante el cuál el cuerpo astral se fija en el organismo del ser humano.

Cuando este proceso presenta de manera débil la organización «astral», no trabaja de forma correcta en la asimilación de la substancia … y ésta no es vivificada suficientemente y se desagrega (Rudolf Steiner).

El sistema venoso

Los procesos venusinos trabajan en el sistema venoso. Es este sistema venoso el que porta el dióxido de carbono hacia los pulmones, para que sea eliminado ahí.

Mientras la circulación venosa tiene que ver con Venus, la circulación arterial se relaciona con las fuerzas de Marte.

En este caso, además de la polaridad en el color (azul-rojo), resulta más polar todavía la dinámica que las caracteriza, siendo la circulación venosa centrípeta y la circulación arterial centrífuga.

Lo venusino en el alma humana

El proceso Venus es responsable de incorporar lo anímico en el cuerpo físico, mediante la irradiación renal que se explicará posteriromente.

Además, la metamorfosis de los procesos de Venus por lo anímico, da el hombre las fuerzas para entusiasmarse con el mundo y convertirse en generador de belleza.

También aqui se debe encontrar un equilibrio entre el exceso que llevaría a una extroversión desmedida, y el defecto que haría que se padeciera de un ensimismamiento dañino.

Lo venusino en lo espiritual

Cuando este proceso planetario se encuentra equilibrado en el interior del ser humano, le otorga la posibilidad de encontrar formas de entregarse al mundo espiritualmente, sin que se le agoten las fuerzas.

Lo venusino en la biografía del ser humano

El proceso planetario de Venus preside el tercer septenio de la vida del ser humano, esto es la época que va desde los 14 a los 21 años. Este es el momento de abrirse al mundo y de lograr individualizarse.

Estos des hechos aparecen en forma de una doble corriente. En una de las corrientes hacia el exterior se despierta un interés por el mundo que rodea al adolescente, siendo el proceso interior el de la toma de consciencia de ser un ser humano diferente.

Es un momento en el que aparece el idealismo y la inestabilidad emocional, comenzando, además, el interés por la belleza y el arte.

Es un tiempo apasionante, a la vez que convulso.

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