Marte en la medicina antroposófica

 

Frosty white water ice clouds and swirling orange dust storms above a vivid rusty landscape reveal Mars as a dynamic planet in this sharpest view ever obtained by an Earth-based telescope. The Earth-orbiting Hubble telescope snapped this picture on June 26, when Mars was approximately 43 million miles (68 million km) from Earth - its closest approach to our planet since 1988. Hubble can see details as small as 10 miles (16 km) across. Especially striking is the large amount of seasonal dust storm activity seen in this image. One large storm system is churning high above the northern polar cap [top of image], and a smaller dust storm cloud can be seen nearby. Another large duststorm is spilling out of the giant Hellas impact basin in the Southern Hemisphere [lower right]. Acknowledgements: J. Bell (Cornell U.), P. James (U. Toledo), M. Wolff (Space Science Institute), A. Lubenow (STScI), J. Neubert (MIT/Cornell)

Mitología de Marte

En la mitología romana Marte era el dios de la guerra, hijo de Júpiter en forma de flor y de Juno. Era marido de Belladona y amante de Venus, con quien tuvo dos hijos: Fuga y Timor.

Marte tenía una naturaleza bivalente. Era un dios guerrero, que protegía a su pueblo contra sus enemigos. También era un dios asociado a la tierra, a la protección física y espiritual de los cúltivos.

Marte reunía las siguientes virtudes: Intrepidez, valor y osadía, fuerza viril, así como la inspiración guerrera.

Por otro lado, Marte tenía varias funciones: era el dios bélico, el dios de la guerra, el dios de la agricultura y del trabajo en el campo, el dios de la primavera y la potencia viril y el protector de la vida en los campos.

El símbolo de Marte (♂) es una representación de un círculo conuna flecha que emerge de él, apuntando en ángulo hacia el lado superior derecho.

Corrientes de marte en el proceso de encarnación y en el proceso de excarnación

El Dr. Victor Bott establece que todo metal posee dos corrientes. La primera de dichas corrientes es la corriente de encarnación (I), que trabaja fundamentalmente sobre el cuerpo. La segunda de dichas corrientes, la de excarnación (II), es aquella que desarrolla el alma. La vida del ser humano se mantiene de manera contínua entre ambas polaridades.

Naturalmente, en las primeras fases de la vida predominan las fuerzas de encarnación, pero no se puede olvidar que el proceso de excarnación comienza en el momento de nacer. Igualmente, a lo largo de la vida, la fuerza de encarnación va apagándose, aunque está presente hasta el día de la muerte.

Corriente I o de encarnación de Marte

Se puede decir que Marte es el verdadero encarnador, ya que permite al Yo y al alma tomar posesión del cuerpo, manifestándose así en la tierra.

En el ser humano que se está encarnando Marte impulsa la voluntad y la actividad dirigida hacia un objetivo preciso.

En el organismo humano este hecho cristaliza en la vesícula biliar. La vesícula biliar vierte al duodeno, a través del colédoco, la bilis que ha acumulado proveniente del hígado. Esta secreción permite disolver las grasas que se han ingerido.

También es representante de esta corriente en el aparato digestivo, la acción del ácido clorhídrico en el estómago.

Corriente II o corriente de excarnación de Marte

Esta corriente impulsa la transformación y remodelación de la sustancia dentro del organismo humano. Esta corriente se puede observar en el catabolismo de la hemoglobina que forma la bilirrubina de las sales biliares, que digeriran.

Marte en el ser humano humano

El individuo marcial

El individuo marcial es aquél que está preparado para la lucha, por lo que suele tener un porte atlético y potentes músculos.

Suelen ser personas de acción, que se marcan objetivos claros, y que ponen todo su empeño en lograrlos, pudiendo pasar por alto las necesidades ajenas.

De la misma manera, cuando el individuo Marcial se pone al servicio de una acción trascendente a favor de la evolución de la humanidad, muestra una entrega sin igual a esos ideales.

Marte en el cuerpo humano

Marte impulsa la encarnación del complejo Yo-Cuerpo astral en el cuerpo físico-vital. Ello lo lleva a cabo mediante procesos en diferentes órganos del ser humano.

Marte en la respiración

La integración de lo anímico espiritual en lo físico viviente se hace a través de lo respiratorio. Por eso, el metal representante de marte, el hierro, posee una relación tan especial con el oxígeno.  El hierro es el «respirador de los metales».

Marte en la sangre

El metal representante del proceso planetario Marte, el hierro, se encuentra en el centro de la hemoglobina. Este pigmento es el encargado de fijar y transportar el oxígeno en la sangre. Con ello, elimina el venenoso oxígeno y desintoxica el cuerpo.

Además, el hierro impulsa la sangre, especialmente en la zona arterial, creando las bases del movimiento voluntario.

En la vesícula biliar

Las fuerzas de Marte ejercen una función capital sobre la vesícula biliar, estimulándola para favorecer la digestión de las grasas.

En lo músculos

Marte está presente, a través de  la mioglobina que fija el oxígeno, en el músculo. Ello favorece la acción en el ser humano.

Las fuerzas de Marte en lo anímico

Lo marcial le da al ser humano la posibilidad de la autoafirmación y el autodominio. Igualmente, impulsa la intención, evitando los contratiempos que impiden el desarrollo de una actividad concreta.

Las fuerzas de Marte en el espíritu

El habla humana es un proeceso impulsado por Marte.

En el habla se pone en acción un cierto movimiento muscular, el de las cuerdas vocales, a la vez que se domina la respiración. Pero sobre todo se pone de manifiesto la necesidad de conciencia, y el deseo de cambiar el mundo.

Marte también aporta el valor requerido para el desempeño de la acción.

Marte en la biografía

Las fuerzas de este planeta acompañan al ser humano a lo largo de toda su biografía. En la primera mitad de la vida favorece los procesos de encarnación.

En la segunda parte de la vida, a partir del séptimo septenio, de los 42 años, el hierro toma un papel relevante. La encarnación ha terminado, se han formado  -bajo la regencia del sol – el alma sensible,  el alma racional y el alma consciente. Se ha alcanzado un estatus social y profesional, y se ha creado -en la mayoría de los casos – una familia propia.

Tras todo ello, se puede producir una transformción en la persona. El gesto vital puede pasar de ser el gesto de tomar, por el gesto de dar, poniendo a disposición de los demás las capacidades o conocimientos aprendidos durante ese tiempo.

Exceso de las cualidades marciales en el ser humano

Cuando existe una sobreabundancia de fuerzas de Marte, pueden aparecer enfermedades vinculadas al exceso de formación de sangre y de bilis, y las enfermedades relacionadas con ello. También puede aparecer hipertensión arterial

El exceso de las fuerzas de Marte puede favorecer una atrofia muscular. También ese exceso de las fuerzas de Marte puede estar detrás del hipertiroidismo, lo que respondería a una vinculación excesiva de lo anímico en lo corporal. En general, pueden aparecer inflamaciones de naturaleza seca, tipo eczema.

En lo que se refiere al carácter y al comportamiento de la persona, el exceso de la presencia marcial favorece la cólera y el fanatismo en la persona.

Déficit de lo marcial en el ser humano

Una disminución de las fuerzas de Marte se puede observar en la anemia con sus respectivos síntomas. Así, el déficit de proceso de Marte en el ser humano puede estar detrás de la pérdida de color de la piel, de la pérdida de la vitalidad,  de la inmunodeficiencia, por la disminución de la capacidad defensiva del organismo. Asimismo, puede ser el motivo de las jaquecas, de la dificultad en la digestión y de la hipertensión.

La falta de energia de Marte puede hacer aparecer síntomas similares a los de un hipotiroidismo.

En el comportamiento y en el carácter la débil presencia de Marte en el ser humano se traduce en un caracter apocado, con confusión en el pensar y en el sentir y, por supuesto, con debilidad en la voluntad.

¿Cómo puede ser Marte el planeta de la encarnación en la tierra?

Rudolf Steiner explicó cómo al principio del periodo lemúrico Marte atravesó el planeta Tierra, dejando en su centro lo que posteriormente se ha transformado en hierro. Esta época coincide en el hombre con la primera vez que recibe la conciencia del Yo.

 

 

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