Virus veraz

Aunque en el artículo anterior decía que dejáramos de mirar al virus, en este propongo un nuevo enfoque hacia este patógeno.

La enfermedad ha venido para que algo se cure

La medicina antroposófica contempla la enfermedad como la manifestación física de algo que ya se encontraba afectado en otros ámbitos, como pueden ser el anímico o el vital.  

Con esta perspectiva, se puede decir que cualquier patología no es más que una oportunidad de sanación. Y esto cambia el paradigma, no contemplando la enfermedad como algo a erradicar, sino como algo de lo que se puede aprender.

Entiendo que se hace difícil poder contemplar de esta manera una enfermedad que se ha llevado a decenas de miles de personas en nuestro país y muchos más en el mundo. Pero, desde la cosmovisión de la ciencia espiritual, la muerte no es el final de la entidad espiritual de un Yo. Así el sacrificio de muchos que han dejado su vida ha de enseñarnos algo a los que nos hemos quedado y con ello a la evolución de la humanidad completa.

Fisiopatología del Coronavirus

Si observamos la fisiopatología del virus en su enfermedad, vemos que está dañando la zona rítmica de la persona: el pulmón y el corazón, órganos donde reside lo más humano y social del hombre. Es decir que la enfermedad es un verdadero ataque al ser humano, como individuo sintiente y social. Algo que además las medidas de confinamiento han agravado.

También llama la atención que parece ser que la causa de la letalidad de la infección se halla en la coagulación intravascular diseminada, es decir, como si la sangre, lo más humano que tenemos se hiciera piedra. En términos antroposóficos, como si nuestro Yo se hiciese cuerpo físico.

Sirva la observación de lo que está haciendo en el hombre este virus, para tener las pistas de cómo erradicarlo y, sobre todo, para aprender lo que podemos hacer para evolucionar como humanidad.

Un atentado a la verdad

En este punto me llama la atención la similitud fonética de las palabras virus y veraz, aunque su origen etimológico sea diferente. Y es que creo que el Coronavirus ha venido para hablarnos de la falta de verdad que estamos viviendo en estos momentos en la tierra.

Y nos invita a ponernos manos a la obra para llenar de verdad nuestro planeta

Steiner habla de que la verdad es la máxima aspiración de nuestro pensar y en evangelio encontramos que es esta la que nos hará libres.

Ya se ha comentado que el virus actúa en la sangre, vehículo del yo, y donde no puede ni debe existir ninguna falsedad para que se encuentre sano.

Pocos actos fisiológicos hay que requieran tanta confianza como la respiración, ¿como podríamos expirar el aire, si no tenemos la confianza de que habrá de nuevo aire verdadero para inspirar.

Cuidado con lo virtual

En estos momentos de confinamiento, nuestra vida se ha llenado de realidades virtuales, de contactos con otras personas a las que vemos en una pantalla, que requieren de un enorme esfuerzo para poder sentirse en sintonía con ellos. Con el consiguiente desgaste para nuestro cuerpo vital.

Usemos la tecnología de la comunicación con el cuidado de saber, que, esta dificulta el desarrollo del sentido del Yo ajeno. Tratemos de buscar nuevas formas para poder crecer en esa capacidad, como puede ser la de meditar antes y después con las personas con las que se ha tenido una conversación telemática.

El 5G

La amenaza de llenarnos todavía más, con la mentira, por ejemplo, que gracias a la nueva tecnología 5G de las máquinas puedan hablar entre sí o los coches circulen de manera autónoma nos presenta un presente y futuro inmediato de lo más sombrío. Algo así como que la palabra verdadera se va arrinconando para dejar paso a una comunicación sin alma ni espíritu.

Todavía no hay estudios aceptados por la comunidad científica que puedan corroborar que las ondas de esta nueva tecnología resulten dañinas o perjudiciales para la salud física, algo en lo que se amparan los materialistas.

Pero lo que parece indudable es, que la extensión de esa red, que trae la falsedad a nuestra vida es un grave atentado a nuestro ser espiritual y con ello, una victoria de las fuerzas opositoras que quieren ver al hombre poco más que como un animal que ha evolucionado hasta convertirse en una máquina que funciona de manera aparentemente óptima y no como un ser dotado de alma y espíritu. Por tanto, aunque la tecnología 5G no fuese el desencadenante de la enfermedad sí que ayudaría enormemente a su propagación.

Falsedades

Las noticias están llenas de falsedades y de manipulaciones, otro atentado constante a la verdad. Cuidemos con aquello que vemos, que difundimos y que nos penetra. En esta línea me asusta ver algunos vídeos como el de un supuesto diálogo entre el virus y su padre, tratando de llevarnos a la idea de que el origen de esta pandemia está creado por Dios Padre https://www.youtube.com/watch?v=NaIMHrZl3SQ

Personalmente, pienso que este virus fue puesto en el mundo por las fuerzas que se oponen a la evolución de la humanidad y que las fuerzas del logos han logrado convertirlas en una nueva posibilidad para invitar al hombre en un ser más verdadero. 

Sigamos la invitación de acercarnos cada vez más a la verdad.

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