
«Por lo tanto, hemos de decir que el hombre lleva en sí mismo lo etéreo de índole individualizada.» Rudolf Steiner e Ita Wegman: «Fundamentos para una Ampliación del Arte de Curar».
El cuerpo vital o cuerpo etérico
La ciencia espiritual, según expresa Rudolf Steiner, reconoce en el hombre, además del cuerpo físico, un segundo cuerpo: el cuerpo biofórico o etéreo. «El hombre tiene este segundo cuerpo o plexo en común con las plantas y los animales, pues es él quien estimula a las sustancias y fuerzas del cuerpo físico para que se configuren y den lugar a los procesos de crecimiento, propagación, circulación interna de la savia y demás fluidos, etc.; es pues, el constructor y artífice del cuerpo físico, su morador y arquitecto; de ahí que se pueda llamar réplica o expresión del cuerpo vital».
Rudolf Steiner denominó cuerpo etérico al sistema formado por una unidad que rige mediante un orden y unas leyes a los seres vivos, a las plantas, a los animales y a las personas. Posteriormente, fue sustituyendo este término, que provenía de la nomenclatura teosófica, por el de cuerpo vital, que se ajustaba más a lo que él quería definir.