Encarnación y Yo

Una de las mayores dificultades que se plantean en la existencia es la de poder diferenciar aquellas entidades a las que llamamos yo y a lo que tiene que ver con su encarnación.

El viaje del Yo hacia su encarnación

El Yo en el mundo espiritual

Un Yo que se encuentra en el mundo espiritual puede llegar a sentir la plenitud de encontrarse en su forma perfecta y de hecho es alentado a quedarse en ella por el señor de la luz. 

Sin embargo, por un contacto con el Cristo, que le muestra la humanidad y el desarrollo que esta necesita, puede sentir la invitación a hacer el mismo camino, que Él hizo hace casi 2000 años y decidir encarnarse.

El viaje de la encarnación

Si tras esa conversación ese Yo decide bajar a la tierra habrá de comenzar un largo proceso:

Parte de su Yo, solo una parte, comienza un largo peregrinaje por todas las esferas planetarias. De ellas irá tomando aquello que dejó en su paso por ellas, tras morir en la anterior encarnación y que se ha ido metamorfoseando, conforme a las leyes del karma. Esto constituirá su sustancia anímica y en la tierra su cuerpo astral, que recibe su nombre, precisamente por provenir de los  planetas y otros astros.

Ese Yo, ya envuelto por su parte anímica-astral, ha de llegar a cubrirse de dos nuevos cuerpos: aquel que le dotará de vida y el que le dará un soporte material o físico.

El Yo y el yo en la tierra

Así tras el nacimiento en la tierra, ese Yo encarnado y envuelto por los mencionados cuerpos, comenzará su vida terrestre y a escribir su propia biografía. Pero para poder desarrollar esta existencia en el mundo, deberá dotarse de un ego que vendrá condicionado por su lugar de nacimiento, su sexo, su situación social, etc y que le hará ir constituyendo un yo cotidiano. A este no debe confundirsele con la esencia de aquel que bajó a la tierra, aunque en muchas ocasiones por error se identifiquen.

Influencia del Yo en el yo

Existe una parte del Yo superior que no llegó a encarnar y que irradia a esa otra parte de Yo que sí lo hizo. Los efectos de esta iluminación se dejan sentir a tres niveles:

  1. En la propia conformación de la persona. Así se marcan sus rasgos y temperamento en combinación con aquello que hereda de los progenitores mediante las leyes genéticas
  1. En la parte anímica de la persona, especialmente en su voluntad.
  1. En el entorno de la persona en la tierra. Esta acción de su Yo es la responsable de la infinidad de encuentros “casuales” que la persona va llevando a cabo a lo largo de su vida y que irán conformando su biografía. También ese Yo desde su irradiación puede tratar de despertar a la persona. Así, mediante hechos en su vida, accidentes, pérdidas de trabajo de seres queridos, enfermedades, crisis etc, invitará a que se desidentifique con ese yo cotidiano y egoico y tenga la posibilidad de reconectarse con su verdadero Yo y con aquello que vino a hacer en la tierra.

Conviene estar despierto lo largo de la vida, ya que cada persona tendrá oportunidad de entrar en contacto con ese Yo en determinados momentos, algo que le permitirá encontrarse a sí mismo. Suelen situaciones de confusión y de crisis en los que todo lo anterior parece venirse abajo.

 La biografía es una de las mejores herramientas para tomar conciencia de la acción del Yo en nuestras vidas.

Las causas kármicas de un temperamento

Las causas kármicas de un temperamento

Rudolf Steiner explica en su ciclo de conferencias sobre teosofía y rosacrucianismo que pronunció en Kassel en 1907 (GA100) lo siguiente:

Las experiencias repetidas que llegaron desde afuera en una vida terrenal anterior se manifiestan como el temperamento en la vida actual. También en función de cómo manejemos nuestras experiencias actuales generaremos nuestro temperamento en la siguiente encarnación.

Si se ha vivido una serie de experiencias traumáticas en una vida que han generado una actitud de tristeza frente a esta, es muy probable que en la siguiente encarnación desarrollemos un temperamento melancólico.

Si en la vida anterior nos apegamos a ella, y a las necesidades más fundamentales de supervivencia como son comer o dormir, es muy posible que en la siguiente reencarnación traigamos un temperamento flemático.

Si en el anterior paso por la tierra la vida nos sonrió que dejaron una impronta en el cuerpo astral y generará un temperamento sanguíneo.

Si estas adversidades se han superado y se han aprobado las duras asignaturas que ha presentado la vida y ha superado con fuerza y coraje esas dificultades, se habrá reforzado su cuerpo astral y, seguramente, en su próxima vida preponderará un temperamento colérico.

Sabiendo todo esto y en función de la actitud con la que uno enfrente esta vida, puede estar generándose el temperamento de la siguiente encarnación.

Portal de la luna y portal del sol en los temperamentos

En otras dos de las conferencias de Rudolf Steiner (GA 240) pronunciadas en Berna en 1924 habló de los dos portales que constituyen la entrada y la salida del hombre en esta tierra.

Portal de la luna

La luna estuvo unida antiguamente a la tierra. Cuando se separó como astro lo hicieron con lo otros seres, que poseen una índole más espiritual que la que posee el ser humano en su aspecto físico

Nuestros antepasados, es decir las culturas anteriores, que no dejamos de ser nosotros en otras reencarnaciones, aunque no tan inteligentes como lo somos ahora mismo, sí que poseían accesos al conocimiento que nosotros hemos perdido en la actualidad. Por ejemplo esta sabiduría quedó recogida en libros tan maravillosos y perfectos como los Vedas.

Lo que no ha llegado en forma de documentos son los restos de una sabiduría primordial, artística y poética. Fue creada por entidades desprovistas de cuerpo físico, lugar donde reside el actual pensar intelectivo.

Estas entidades residen actualmente en la Luna y todavía se vinculan con nosotros, aunque de una manera menos explícita. Lo hacen cuando en el descenso desde el mundo espiritual a la tierra atravesamos la esfera lunar impregnando nuestro cuerpo astral y nuestro Yo.

En función del grado de penetración, la persona que nace lo hará siendo un genio o una persona con virtudes de bondad manifestándose en su sangre y en su sistema nervioso. Con ello se dotará a la persona de mayor o menor voluntad y de unos u otros talentos. En este proceso se recogen las experiencias de vidas anteriores y su influencia se mantiene en la vida terrenal quedando por debajo de nuestra intelectualidad.

Al atravesar la luna, el último portal antes de llegar a la vida terrestre, adquirimos las facultades más íntimas y el temperamento con el que vamos a comenzar nuestra vida terrestre.

Vinculación a las fuerzas lunares

Por la vinculación lunar el presente del ser humano sobre la faz de la tierra se encuentra vinculado al pasado. Este pedacito de pasado nos hace ser lo que somos y se queda escogido en nuestros cuerpos físico y etérico, siendo lo que nos hace convertirnos en este o aquel ser humano.

Portal del sol

En la biblia ya se puede leer que el sol brilla para justos y malos…

La relación del sol con la tierra se manifestó con el descenso del ser solar, el Cristo a la tierra, en un determinado momento de la evolución de esta tomando una corporalidad humana.

De esta manera el Cristo se vinculó y se unió al destino terrestre de la humanidad con un impulso que puede actuar en la interioridad humana y al que puede acceder toda persona

Las fuerzas que acogen este impulso crístico no son las del intelecto, sino aquellas del corazón y del alma. Una vez acogidas, estas ya no se dirigen a la salvación individual, sino a la salvación de toda la humanidad.

Vinculación a las fuerzas solares

Por la vinculación al sol nos encontramos vinculados a nuestro futuro.

Todavía como humanidad no estamos preparados para que este impulso nos llegue desde dentro, por lo que en estos momentos esta influencia es ejercida desde el exterior.

Cuando tras una metamorfosis la tierra deje de ser lo que es, entonces los seres humanos estaremos preparados para la existencia solar.

Actualmente nuestro pensamiento está ligado al cerebro que es el órgano más físico y no es capaz de reflejar aquello que le viene del sol. En un futuro será el corazón el que sea capaz de reflejar esta luz solar.

Así si por el cerebro las personas se hacen egoístas y por el corazón logran el altruismo.

Gracias al sol somos más de lo que nos tocaría en la actual existencia terrestre y esto se lo debemos al descenso de una entidad solar como es el Cristo. El sol es el portal del futuro y son los seres solares los que serán capaces de extraernos de la muerte. De estos seres solares, el único que conocemos es el Cristo, pero Él nos llevará hasta sus otros compañeros.

Relación de los dos portales con los temperamentos

Si observamos los temperamentos encontraremos una relación con ambos portales:

El melancólico está fuertemente ligado a las fuerzas de la luna

El sanguíneo al portal del sol

El flemático encuentra el equilibrio entre ambas polaridades, quedando esta anuladas.

Del colérico en esta conferencia no habla Rudolf Steiner, pero teniendo en cuenta lo que menciona en su conferencia GA100, se puede deducir que este temperamento se liga a las fuerzas lunares para transformarlas desde las fuerzas solares.