¿Como saber cual es mi temperamento?

Mediante unas sencillas preguntas uno puede saber cuál es el temperamento, o cuales son las tendencias. No se trata de nada científico, sino que se debe abordar como un juego, desde lo lúdico, algo que permite descubrir la realidad mucho mejor que con el simple análisis.

¿Como saber cual es mi temperamento?

A cada respuesta se enlaza el temperamento que corresponde a esa opción

Manera de caminar

El caminar de una persona es una de las señales que con mayor facilidad pueden hacer presumir un temperamento u otro:

Paso saltarín, evitando la línea recta y desviándose con facilidad para mirar cualquier cosa que le interese.

Caminar lento, arrastrando los pies pudiendo parecer cansado, pero con la cabeza agachada por posar la mirada en el suelo.

Pasos firmes y seguros con una dirección muy determinada, sin admitir fácilmente desvíos.

Un andar lento, y perezoso moviéndose lo estrictamente necesario tanto en la cantidad de músculos a mover, como en las distancias a recorrer.

Gestualidad

En función de cómo se acompañe de sus movimientos corporales a la hora de hablar también se puede deducir un tipo de temperamento u otro

Gestos firmes y enérgicos.

Ligeros gestos y como dejándose llevar sin poner energía en ellos.

Tratando de contagiar lástima a la hora de hablar.

Variados y enfatizando cada palabra y cada diferente estado de ánimo.

Virtud

Transmite gran calma a los demás y aporta la paciencia que parece faltarle a otros.

Muestra un interés amoroso hacia los demás y trata de arreglar los conflictos.

Son capaces de acoger el sufrimiento ajeno, el cual se pueden imaginar a la perfección.

Muestra valentía y arrojo, tanto ante los problemas, como a la hora de tomar decisiones.

Defecto

Con facilidad se queja pudiendo llegar a pensar que es la persona con peor suerte del mundo.

Se deja invadir con cierta facilidad por la pereza, la apatía y la indolencia.

Con demasiada frecuencia se deja llevar por la impulsividad.

Puede sufrir ataques de ira y reacciona con un enfado de manera muy rápida, aunque se le pase muy rápido.

Provoca en los demás

Falta de confianza ya que es capaz de mentir y faltar a la verdad con cierta facilidad

Puede hacer sentir a la persona que no le está interesando ni lo que le ocurre ni lo que le cuenta por su manifiesta insensibilidad, que le puede hacer hasta parecer cruel.

A veces las personas le temen por su violencia

Se regodea en el sufrimiento, pudiendo llegar al masoquismo, y también transmitírselo a los demás

Fase de la vida preferida

En función de cuál sea la edad de la vida, pasado, presente o por llegar en la que uno se considere uno más cómodo,o con la que uno mejor se identifica, independiente de los acontecimientos de la vida.

Infancia

Juventud

Madurez

Ancianidad

Estación del año favorita

Invierno

Primavera

Verano

Otoño

Manera de respirar

La respiración muestra la esencia de la persona. Se encuentra en el sistema rítmico, por lo que se puede decir que equilibra el pensamiento y el metabolismo. Además se puede inducir de tal manera que a voluntad y pensando en ella podemos alargar o acortar tanto la inspiración como la espiración.

La relación entre la respiración y los temperamentos me la mostró Sandra Bermejo, presidenta de la asociación de biógrafos de España.

La ventaja es que podemos ver cómo nos sentimos forzando la respiración de las diferentes maneras que se describen a continuación. Eso también puede aportar claves para ver en cuales nos sentimos cómodos y den cuales sentimos cierta molestia.

Inspiración corta y espiración prolongada

Respiración entrecortada, inspiración, pausa, inspiración, espiración, pausa, espiración

El tiempo de la inspiración dura exactamente lo mismo que la espiración. (Se puede contar mentalmente)

Inspiración más prolongada espiración corta y potente 

Mirada

Sandra Bermejo, presidenta de la asociación de biógrafos de España, también incide en la mirada de la persona para poder deducir una tendencia hacia un temperamento:

Mirada enfocada al futuro inmediato

Mira sin interés, con cierta dispersión. Sin chispa

Mirada hacia abajo

Al entrar en una habitación es capaz de verlo todo de un vistazo, porque lo lleva a cabo con una mirada saltarina.

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Los cuatro temperamentos: Visión antroposófica

Los cuatro temperamentos: Visión antroposófica

Estos cuatro temperamentos se expresan en el cuerpo etérico, formando cuatro tipos de cuerpos etéricos. Estos, a su vez, poseen diferentes corrientes y movimientos que se expresan con una cierta coloración básica en el cuerpo astral.   Rudolf Steiner GA 95

Para Rudolf Steiner los cuatro temperamentos (melancólico, flemático, sanguíneo, colérico) son las diferentes expresiones que se forman en cada ser humano del encuentro de las dos herencias que tiene cuando llega a este mundo.

Pudiéndose mezclar para formar cada existencia individual. Al mismo tiempo que cada persona se distingue por su propia individualidad, el temperamento solo los agrupa, de alguna manera. No se trata de clasificar a las personas, sino más bien de conocer a un ser humano y permitir que aflore en ella aquello que un primer momento no resulta tan evidente completando así toda su personalidad

El hombre se forma por el encuentro de dos corrientes, que son:

La herencia de su sistema familiar, raza, nacionalidad, etc.

A la herencia que recibimos de nuestros padres se le dota actualmente de una gran importancia, hasta el punto de convertirla en la fuente de la explicación de casi todos los comportamientos, enfermedades e, incluso destino de cada persona.

Este hecho se debe a la preponderancia actual del pensamiento materialista, que ha querido encontrar en la carga genética la explicación de los acontecimientos que le suceden, han sucedido o sucederán en la vida de un hombre. Con este pensamiento que se ha impuesto, se trata de negar otras realidades, como son las espirituales, signo de los tiempos actuales.

Lo que proviene de sus anteriores pasos por la tierra y del mundo espiritual

La visión antroposófica amplía esta visión unicista con la idea de que el hombre ha pasado por la tierra en otras encarnaciones anteriores y que éstas le han generado un karma.

Estos pasos anteriores por la tierra y sus consecuencias también le dotan al ser humano que llega de nuevo a la tierra de una características y son las que le permiten desarrollarse como individualidad.

Y, es que, al igual que ya se acepta por todos que la vida solo puede proceder de la vida, lo anímico espiritual que se encuentra en cada ser humano, solo puede proceder de lo anímico espiritual.

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La unión de las dos corrientes

Cuando un Yo desciende del mundo espiritual trae la memoria de aquello que fue en sus anteriores encarnaciones. Este Yo decide también unirse a una segunda corriente hereditaria. De la primera se forma su parte anímico espiritual, mientras que de la segunda obtendría sus características vitales y físicas. De ahí el parecido de los hijos a sus padres y la posibilidad de poder heredar enfermedades y de la primera se deduce porque dos hermanos, por muy igual educación que hayan recibido nunca reaccionan de la misma manera.

Se debe producir una fusión armoniosa entre aquello que traemos de de nuestras vidas pasadas y que ha pasado por el mundo espiritual y aquello que tomamos de la herencia al llegar a esta tierra y que se compone de las propiedades de un pueblo, de una raza de unas costumbres propias de mi vida familiar, etc. 

Esta intersección será lo que constituye el temperamento y constituye la matriz espiritual que le permite afrontar la nueva vida equilibrando lo eterno con lo perecedero.

Los temperamentos como interacción entre los cuatro cuerpos

Los cuatro cuerpos se encuentran en el ser humano interactuando en todo momento:

El cuerpo vital o etérico es que permite dotar de vida y evitar el decaimiento, que sería la tendencia natural, del cuerpo físico que responde a las leyes de la materia.

El cuerpo astral dota de conciencia al ser humano y ha de vivir equilibrado con el vital para que no aparezca la enfermedad.

La organización del Yo, único cuerpo propiamente humano, es el que permite al ser humano la autoconciencia y, con ello, el hacerse cargo de su vida y escribir así su propia biografía.

Es la interrelación de estos cuatro cuerpos la que va a dar en cada persona la expresión de un temperamento de una manera más acusada. Esta relación es propia de cada encarnación y es decidida por el Yo espiritual antes de cada llegada a la tierra.

Predominio de los cuerpos

Los predominios de un cuerpo sobre otro establecen el temperamento de cada persona:

COLÉRICO

Así en el caso de que el Yo domine sobre los otros tres miembros la persona mostraré un temperamento colérico.

SANGUÍNEO

Cuando aquel que domina es el cuerpo astral se mostrará cómo sanguíneo.

FLEMÁTICO

Si domina el etérico estaremos en presencia de un flemático

MELANCÓLICO

Y cuando el preponderante es el cuerpo físico y hace que el Yo no pueda vencer determinadas durezas nos hallaremos ante un melancólico.

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Trabajar con los temperamentos

Trabajar con los temperamentos

De poco nos servirá saber qué temperamento predomina en nosotros si esto no nos sirve para poder desarrollarnos como personas

Los temperamentos no son una etiqueta sino un posible arranque para conocer a una persona

Al encontrarnos con una persona debemos ser conscientes que solo percibimos de él su naturaleza externa, siendo lo que queda en su interior mucho más profundo. Así existen tantos enigmas como hombres, entonces cuando hablamos de temperamentos deberemos ser conscientes de que no es más que una manera de acercarnos a una parte de su esencia. Jamás estos serán una etiqueta y mucho menos se deben justificar comportamientos propios o ajenos por el hecho de poseer uno u otro temperamento.

Acompañar a los niños en su camino

Esta no es una página de pedagogía y se encuentran en la red algunas mucho mejores que pueden dar las claves para acompañar desde el enfoque Waldorf este tema.

En cada uno de los temperamentos melancólico, flemático, sanguíneo y colérico se encuentran desarrolladas la manera de trabajar con los cada temperamento de manera concreta. En esta parte basada en el ciclo de conferencias de Rudolf Steiner en Berlín en marzo de 1909 bajo el nombre de los cuatro temperamentos (GA 57) se dan las pautas generales

Guiar el desarrollo de los temperamentos de los niños es una de las tareas fundamentales para padres y educadores. Lo primero que se debe tener en cuenta es lo que hay y no echar de menos lo que no hay. No se trata de dar consejos ni, mucho menos, pautarlos, porque el acompañar niños es un arte, que ha de ser experimentado, aunque estas líneas puedan aportar algunas claves para ello.

EL NIÑO melancólico

El niño melancólico requiere que aquella persona que quiera educarle haya sufrido ciertos embates de la vida y haya pasado por circunstancias difíciles. Para aprender de alguien ha de sentir que su mentor ha padecido verdaderos dolores. Al melancólico no le podemos eliminar su capacidad de sufrimiento y de vivir en la autolástima, porque son inherentes a él. Por ello, se le deben mostrar situaciones dolorosas en el exterior que puedan justificar esos sentimientos para que salga de su mundo interior de dolor y reconozca esa desgracia en otras personas.

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El niño flemático

El niño flemático requiere, más que en otros casos, compañeros de juegos, a ser posible con intereses múltiples y variados, porque estos amigos serán los que ayudarán a este niño indolente a despertarse. Es como su alma fuera capaz de adoptar los intereses que le reflejen las almas ajenas.

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El niño sanguíneo

A este tipo de niños hay que tratar de despertar su interés, pero no forzándolos a un aprendizaje anclado a una silla. La manera más eficaz y que más evolución desarrolla en estos niños es el hecho de explicitarles cariño. Todos los pequeños demandan cariño, pero los sanguíneos, niños entre los niños, lo requieren todavía más. Todo lo que se haga debe despertar el amor en ellos y se debe hacer que hasta los objetos provoquen ese tipo de sentimiento en ellos.

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El niño Colérico

El niño colérico requiere reconocer y valorar a la persona que le está educando. Él debe tener el convencimiento de que esa autoridad comprende y vive aquello que está tratando de inculcar y que cuando habla lo hace de una manera competente y coherente.

También son personas que requieren retos en la vida, por lo que no se les deben evitar las dificultades de cualquier proceso.

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Autodesarrollo en el adulto

Una persona se puede desarrollar de manera limitada mediante el empleo de sus capacidades intelectuales. De poco sirve saber lo correcto, sino se lleva a cabo y, a ser posible de manera continuada y con un ritmo adecuado, ya que esta es la única manera para que el cuerpo etérico lo pueda aprender.

Las fuerzas del pensar son las menos indicadas para modificar un temperamento. Lo que sí se puede es modificar las circunstancias para lograr un mejor desarrollo personal. Así

El melancólico deberá buscar sufrimientos y dolores ajenos que por tener mayor intensidad puedan hacerle olvidar los propios y le ayuden a trabajar la compasión.

Los flemáticos deberán llegar a tal aburrimiento que le haga soltar la indolencia que les acompaña en su vida.

El adulto sanguíneo puede generarse experiencias diferentes para mantenerse suficientemente interesado en la vida.

El colérico ha de encontrar circunstancias en las que sus pataletas sean tan absolutamente inútiles, para que vaya aprendiendo a que estas no le ayudan en nada a lograr obtener sus deseos.

Al igual que en los niños siempre se trabaja con aquello que hay y no con aquello de lo que se carece.

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